GÉNERO: TRILLER LEGAL.
Hoy me gustaría presentaros esta completa novela judicial, muy diferente al clásico thriller, que además describe de manera muy brillante la carga psicológica de unos padres que enfrentan la posibilidad de tener un hijo con instinto asesino.
Os adelanto que a mi me ha gustado mucho y además es un género que no había tenido el placer de leer.
SINOPSIS:
Cuando descubren el cadáver de Ben Rifkin, de tan sólo catorce años, en medio del bosque, con tres puñaladas en el pecho, la comunidad de Newton, un elegante y apacible barrio residencial donde hasta entonces todo era una foto perfecta de la vida acomodada, pierde la inocencia de golpe. El ayudante del fiscal del distrito, Andy Barber, se hace cargo del caso, al que se le da la máxima prioridad. Sin embargo, cuando su hijo Jacob, compañero de clase de Ben, es acusado del crimen, Andy será apartado del caso y verá cómo el mundo que tanto le ha costado construir empieza a tambalearse.
En defensa de Jacob es un magistral thriller legal y una intriga psicológica sobre la devoción paterna, que plantea hasta qué punto los padres están dispuestos a conocer realmente quiénes son sus hijos y a actuar en consecuencia.
VALORACIÓN PERSONAL:
En el apacible barrio residencial de Newton la vida transcurre sin grandes sobresaltos. Una comunidad formada por una población acomodada cuya finalidad es conseguir una convivencia pacífica lejos de los problemas derivados de la vida en la gran ciudad.
Pero este remanso de paz se va a ver alterado con la aparición del cadáver de Ben Rifkin, un muchacho de la comunidad de catorce años cuyo cuerpo sin vida aparece en medio de un bosque y al que han asestado tres puñaladas en el pecho.
En medio de un gran revuelo será Andy Barber, primer ayudante del fiscal del distrito, el encargado del caso que a priori resulta complicado por la ausencia de pruebas clarificadoras.
Conforme avanza la investigación y tras una rueda de interrogatorios en el Instituto del que formaba parte el asesinado, algunos hechos poco concluyentes acaban señalando a Jacob Barber, hijo de Andy, como presunto autor del crimen.
El ayudante del fiscal es apartado del caso y todo su mundo se desmorona quedándole solo la ferrea voluntad de demostrar la inocencia de su hijo sobre todas las cosas.
Esta novela de suspense judicial narrada en primera persona de la mano de Andy Barber me ha parecido muy completa.
Por un lado el autor ha sabido plasmar todos los entresijos del sistema judicial norteamericano con sus tretas y golpes de efecto sobre un jurado popular. Una frase fuera de lugar, a pesar de ser anulada por un juez, ya ha hecho mella en la opinión del jurado; ha entrado en su mente de puntillas y ya de manera inconsciente va a influir en su opinión.
Por otro lado, tiene un componente psicológico de gran peso. Unos padres que miran a su hijo de otra forma, con dudas, con una incertidumbre que será capaz de tambalear todo el núcleo familiar y hasta la relación de pareja, sacando a la luz hechos del pasado los cuales pasaron inadvertidos y ahora tienen una nueva y esclarecedora interpretación.
Y la guinda del pastel de esta gran novela es sin duda su final a todas luces inesperado e impactante.
¡he disfrutado muchísimo leyéndola!
¡gracias William Landay!.
